Ahimsa. No violencia. En hindú, budismo, como en el jainismo, es no realizar daño alguno a las cosas vivientes y anulación de violencia hacia otros, en el pensamiento y en el hecho. Principio fundamental de la mayor parte de las religiones de la India, en especial de la doc-trina jainista, que defiende la ausencia de violencia hacia cualquier ser vivo; es un principio fundamental de la mayor parte de las religio-nes de la India, es la más breve de las 18 faltas capitales contenidas en el jainismo. Su fórmula, "no hagas ningún daño a ninguna criatura", sintetiza la cosmovisión hindú fundamentada sobre el respeto absolu-to a toda criatura viva, humana o animal, ya que para ellos la vida es una y sagrada. La ética del ahimsa es la ética sencillamente a no hacer daño. Ghandi lo practico en su vida y obra de una forma amplia y formidable, alcanzando curiosamente, resultados más potentes que cualquier acción bélica.
Ahrimán. En el zoroastrismo, es el principio y personificación del mal; el Señor de los Espíritus malignos. ―Ahriman es la sombra manifesta-da de Ahura Mazda (Asura Mazda), procedente a su vez del Zernâna Âkerna, el circulo ilimitado del Tiempo, de la Causa desconocida‖.
Ahura Mazda. La Divinidad personificada, el Principio de la Divina Luz universal de los parsis. El Ahura o Asura, aliento, ―espiritual, divino‖ en el más antiguo Rig Veda, fue degradado por los brahmanes ortodoxos en A–sura, ―no dioses‖, de igual modo que los mazdeistas degradaron los devas (dioses) indos en daeva (demonios).
Aires vitales (alientos o corrientes). Son los cinco siguientes : Prâna: función respiratoria; Apâna: la corriente que obra en la parte inferior del cuerpo y cuyo objeto es la expulsión de productos inútiles; Sama-na: la corriente que produce la función digestiva y la distribución del alimento por todo el cuerpo; Udâna: la corriente que determina el aflujo de sangre hacia la cabeza, y Vyâna: corriente vital relacionada con la piel, y que hace que cada parte del cuerpo conserve su forma propia.