Lipikas. Los Registradores celestes, los "Escribientes", aquellos que registran cada palabra proferida y cada acción ejecutada por el hombre mientras vive en esta tierra. Como enseña el Ocultismo, son los agentes del KARMA, los agentes Dévicos o Angélicos de orden Superior que administran la Ley de Retribución. Son los Registradores o cronistas que impresionan en las (para nosotros) invisibles tablas de la Luz Astral, la gran galería de pinturas de la eternidad, un registro fiel de cada acción y aun de cada pensamiento del hombre, de todo cuanto fue, es o será en el Universo fenomenal. Como se expresa en Isis sin velo, este lienzo divino e invisible es el Libro de la Vida. Los Lipikas pesan los actos de cada personalidad en el momento en que se efectúa la separación definitiva de sus "principios" en el Kâma–loka, y suministran al hombre el molde de su cuerpo etéreo futuro, molde ajustado a las condiciones Kármicas que han de formar el campo de su próxima vida. Estos Grandes Seres Angélicos descienden de la constelación de Sirio. Son cuatro (aunque a su cargo una todo un ejercito) y son los Señores del karma Planetario.
Logos planetario. Este término se aplica generalmente a los siete espíritus más elevados, correspondiendo a los siete arcángeles del cristianismo. Todos han pasado por el estado humano y se manifiestan ahora por medio de un planeta y sus evoluciones, de la misma manera que el hombre se manifiesta por medio de su cuerpo físico. El espíritu planetario más elevado, que actúa a través de determinado globo es, en realidad, el Dios personal del planeta.
Logos. Dios o Dioses Planetarios. La expresión externa o el efecto de la causa que está siempre oculta. Así la palabra es el Logos del pensamiento, por eso se traduce apropiadamente por "verbo" y "palabra" en su sentido metafísico (Véase San Juan 1. 1-3).
Loka. Una región o un lugar circunscrito. En metafísica, es un mundo, esfera o plano.